Piensa en algún aspecto de tu vida que hoy no esté como quisieras: tu relación de pareja, tu parte económica, laboral, tu salud, etc.

Ahora piensa cuántas cosas has hecho para mejorarla. Quizás esmerarte más por tu pareja, intentar cambiar lo que no le gusta de ti, trabajar más para tener más ingresos, cargarte de trabajo para que vean lo buena que eres y te asciendan… Ahora dime: ¿Has tenido los resultados que esperas?

Con total certeza me atrevo a decir que no, y la razón no es porque estés haciendo las cosas mal o porque no seas lo suficientemente buena.

La razón es porque estás viviendo desde el esfuerzo, desde el miedo, desde la lógica, desde tu parte racional. Te desconectaste completamente de tu energía femenina, de tu esencia. Apagaste tu GPS interno y silenciaste tu intuición.